sábado, 30 de mayo de 2009

POEMAS DE MIS ALUMNOS (8)


AL LIBRO ANTIGUO

Tú, libro viejo y antiguo…
Que guardas recuerdos olvidados,
Páginas doradas han quedado,
Porque te han tenido descuidado.
Tú de tapa endurecida, color bordó,
Encierras en ti versos de amor.
Sentimientos de un poeta
Ha expresado con dolor,
Y hoy yo lo he encontrado
Para contarte lo que sufrió.

Autora: Lucia Rivarola


La autora pertenece al 2º5ª de la Escuela de Educación Media Nº 2 de Santa Teresita, Partido de La Costa, Prov. De Buenos Aires.

POEMAS DE MIS ALUMNOS (7)


EL LÁPIZ

El lápiz negro
Que anda mejor que un crayón,
Con él puedo dibujar hasta un balcón,
Aunque con birome se vea mejor.
El lápiz se puede borrar
Y a todos lados lo podés llevar,
Sin duda podés escribir
Todo lo que quieras imaginar.

Es largo y fino
De color negro y amarillo,
Con él puedo dibujar
Hasta un castillo.

Autora: Verónica Methol








La autora pertenece al 2º5ª de la Escuela de Educación Media Nº 2 de Santa Teresita, Partido de La Costa, Prov. De Buenos Aires.

POEMAS DE MIS ALUMNOS (6)


CELULAR

Mi lindo celular
Con luces y colores,
Al que quiero oír sonar,
No importan las razones.

Pobre celular,
Que maltrato con conocimiento,
Sólo por oír sonar
Y luego me arrepiento.

Qué mal estás,
Mi lindo celular
Siempre tan maltratado.

Autora: Iara Gómez




La autora pertenece al 2º5ª de la Escuela de Educación Media Nº 2 de Santa Teresita, Partido de La Costa, Prov. De Buenos Aires.

POEMAS DE MIS ALUMNOS (5)


MI MONITOR

Ese cubo que esconde
Un montón de imágenes,
Que en ti veo.
Saca fuera de mí
Todo el enojo.

Acá en mi casa,
Sos importante,
¡Oh! viejo monitor
De computadora,
A veces me sacas “canas verdes”,
No sé por qué no te arreglo.

Autor: Alesio Rodaro


El autor pertenece al 2º5ª de la Escuela de Educación Media Nº 2 de Santa Teresita, Partido de La Costa, Prov. De Buenos Aires.

POEMAS DE MIS ALUMNOS (4)


CANTO AL ESCOBILLÓN

Tu fina delgadez, de hogar
Revuelve la casa sin parar,
Encuentras en cada rincón
Polvo de cada pisotón.

Triste y solitario te deslizas
Ayudando al suelo a dar caricias
Bajo el brillo de otoño
Te sientes solo y con ahogos.

Hermosa imagen dejas
Detrás de las tinieblas
Allí en el rincón te quedas
Solo y llorando penas.

Autora: Giselle Campos


La autora pertenece al 2º5ª de la Escuela de Educación Media Nº 2 de Santa Teresita, Partido de La Costa, Prov. De Buenos Aires.


POEMAS DE MIS ALUMNOS (3)


LA TELEVISIÓN
Ella, que es tan utilizada,
Que es tan charlatana,
A la que nosotros damos vida
Al encenderla y ver y oír su melodía…

Ella, que nos anuncia las noticias,
Que nos transmite las películas…
¿Qué podríamos hacer sino estaría?
¿Qué oiríamos sino la escucháramos?

Ella, que está quieta sobre un mueble,
Ella que se siente muy mirada,
Observada, importante para nosotros,
Somos los que les damos vida
Al encenderla, mientras ella,
Nos regala las alegrías y tristezas
De cada día.

Autora: María Belén Milano

La autora pertenece al 2º5ª de la Escuela de Educación Media Nº 2 de Santa Teresita, Partido de La Costa, Prov. De Buenos Aires.

POEMAS DE MIS ALUMNOS (2)


La autora pertenecen al 2º5ª de la Escuela de Educación Media Nº 2 de Santa Teresita, Partido de La Costa, Prov. De Buenos Aires.


EL FIEL RELOJ

El reloj no sólo marca la hora,
Es la solución al costado de la cama.
Un fiel reloj, del que jamás nadie se acuerda,
De darle cuerda y sin embargo, canta.

Todas las mañanas suena,
Con un martillo en la garganta,
Y muchos no se dan cuenta
Que a martillazos vive su recuerdo,
Y a pesar de todo el fiel reloj
Nunca atrasa ni adelanta.

A veces se olvida de hacer ruido,
A veces nos levanta a cualquier hora,
Pero, pobre el fiel reloj;
Compañero de todas las horas…
Nadie imagina que se quedará
Varado, en cualquier hora.

Autora: Micaela Fernández

POEMAS DE MIS ALUMNOS (1)


LA CASA DE MI PAPÁ

La casa está vieja,
La derrumbarán,
Siento la tristeza
De no verla nunca más.

Crecí con sus pinos
Ya deformados,
De sombras espesas
Y trinos de pájaros.

Crecí en esos patíos,
Ya viejos, gastados,
De baldosas sueltas
Sin mucho cuidado.

La casa está triste,
Ya no estará más…
Un gran edificio
Allí levantarán.

Ya no soy tan niña
Ni vivo yo allá,
Pero en esa casa
Nació mi papá.

Autora: Belén Basualdo, 2º año 5ª división de la E.E. M. Nº 2 de Santa Teresita, Prov. de Buenos Aires.

miércoles, 27 de mayo de 2009

Estado de ánimo...

Pensamientos que flotan sobre las piedras,
agua que corre tras una fuente,
tristeza que viene de lo profundo...
Sé que no estoy sola,
otros sienten,
han sentido...
a través de los tiempos,
lo que yo ahora y siempre
he sentido.

Inés Carozza

lLectura y pintura... despiertan lo dormido...


"...la lectura estimula, enciende, aviva, y es como soplo de aire fresco sobre la hoguera resguardada, que se lleva las cenizas, y deja al aire el fuego. Se lee lo grande, y si se es capaz de lo grandioso, se queda en mayor capacidad de ser grande. Se despierta el león noble, y de su melena, robustamente sacudida, caen pensamientos como copos de oro."

J. Martí

miércoles, 20 de mayo de 2009

domingo, 17 de mayo de 2009

martes, 5 de mayo de 2009

¿POR QUÉ ACONSEJAMOS LEER?


Dice el escritor francés Daniel Pennac en su libro titulado Como una Novela: “Los que no leen quedan privados para siempre de los libros. Quedan para siempre sin respuestas. Y muy pronto sin preguntas”.
Los que somos amantes de la lectura lo entendemos, por que el lector, el buen lector, es ante todo curioso. Curioso de saber, de conocimiento y también de entretenimiento. Por eso la búsqueda incesante de respuestas, porque siempre hay preguntas, siempre hay inquietudes, y el mundo de los libros es tan amplio que nos ofrece múltiples posibilidades para encontrar lo que deseamos hallar.
Como lectora incansable no puedo dejar de identificarme con Jorge Luis Borges y afirmar junto con él: “Hay quienes no pueden imaginar un mundo sin pájaros; hay quienes no pueden imaginar un mundo sin agua; en lo que a mí se refiere, soy incapaz de imaginar un mundo sin libros...”
Los libros. Las historias que ellos encierran, entretuvieron mi infancia, hicieron menos penosa mi adolescencia y plenifican mi adultez. Tal vez parezca exagerado pero los considero más que objetos. A través de ellos se prolongan y perpetúan vidas; porque una vida “atrapada” en un libro no muere nunca. Qué quiero decir con esto: una obra literaria puede convertir en inmortal tanto a un personaje como a su autor. Se establece así una relación casi permanente, a través de los siglos, entre el lector y el espíritu de ese que alguna vez escribió. Y no es absurdo lo que afirmo, cualquier buen lector va a coincidir conmigo, porque ese es el caso de tantos autores, que a pesar del tiempo aun siguen vigentes. ¿Tengo que nombrar acaso a Cervantes o a Shakespeare? ¿A nuestros Borges, Cortázar, Arlt, Saer,u otros? La lista sería interminable...
Por otra parte, el que lee es una persona rica en posibilidades de vida, por que como dice Umberto Eco: “...nuestra riqueza (la de los lectores) respecto del analfabeto (o del que, alfabeto, no lee) consiste en que él está viviendo y vivirá sólo su vida y nosotros hemos vivido muchísimas. Recordamos, junto a nuestros juegos de infancia, los de Proust, sufrimos por nuestro amor, pero también por el de Píramo y Tisbe; asimilamos la sabiduría de Solón...y nos repetimos junto con la fábula que nos ha contado la abuela, la que había contado Scheherezade...”
Somos gente rara los lectores: algunos creen que pueden cambiar el mundo y que los libros pueden ayudar a hacerlo; otros pensamos: que el mundo va a cambiar, en la medida en que nosotros cambiemos y que los libros pueden ayudarnos en para el cambio.
Para ir finalizando esta reflexión, no puedo dejar de citar a la poetisa inglesa Emily Dickinson que nos propone: “No hay barco que sea como un libro / para llevarnos a tierras lejanas /... Es el modo más humilde de viajar / sin pagar pasaje...”. Pero por sobre todo, la lectura y de su mano los libros nos muestran otros horizontes, más vastos que los que nos permiten los terrenales; que tienen que ver con los del pensamiento y el crecimiento espiritual.
Y parafraseando al autor de El Nombre de la Rosa: “Es decrépito el analfabeto (de origen o de retorno) que padece de amnesia desde niño y no recuerda (por que no sabe) qué ocurrió en los Idus de Marzo. Por supuesto que también se pueden recordar mentiras, pero leer también ayuda a discriminar. No conociendo las culpas de los demás, el analfabeto ni siquiera conoce los propios derechos.” (...)
“El libro es un seguro de vida, una pequeña anticipación de inmortalidad. Hacia atrás más que hacia delante. Pero no se puede tener todo y al instante”.

Inés Carozza

Un recomendado: "El ingenioso hidalgo Don Quijote de La Mancha"


La diferencia entre un best sellers y un clásico es, que el primero es el libro más vendido, con un gran éxito editorial, lo que no indica que sea el mejor. Y que el segundo es una obra literaria que a pesar del tiempo, no pierde vigencia, porque las ideas y valores que transmite se aplican a cualquier época y además por que logra pintar con palabras todo lo confuso y extraño, secreto y sublime, contradictorio y fascinante de la naturaleza humana.
Es por eso que recomendamos leer el Quijote, la primera novela moderna con más de cuatrocientos años a cuestas, pero tan actual como cualquier otra de este siglo.

Un poco de historia:

Se publica en Madrid en 1605 la primera parte de una alocada aventura, que surge del ocaso de las novelas de caballería. Diez años más tarde, en 1615, un año antes de la muerte del autor, se edita la segunda parte de la obra.
No es nuestra intención referir lo que en cualquier manual de literatura se puede leer, sino explicar porqué consideramos importante recuperar su lectura. Y es que, como dice Vargas Llosa: (...) “La modernidad del Quijote está en el espíritu rebelde, justiciero, que lleva al personaje a asumir como su responsabilidad personal cambiar el mundo para mejor, aun cuando, tratando de ponerla en práctica, se equivoque..., sea golpeado... y convertido en objeto de irrisión.” Pero su empresa de implantar en el mundo el reino de la justicia es la más noble que puede concebir mente humana, y la ironía del autor al pintarla fracasada, esconde la amargura del desengaño que toca su punto máximo con la derrota de Don Quijote y la resignada pérdida de su locura. Sin ella, que es su razón de vivir, sólo queda la muerte para el personaje. Muerte sólo en la ficción, como ha quedado demostrado para todos los lectores de 400 años a esta parte, ya que Don Quijote y Sancho seguirán siempre vivos en el alma de los que disfrutamos, reímos y lloramos con sus aventuras.
Por otra parte, también es una novela de actualidad porque Cervantes revolucionó las formas narrativas de su tiempo y sentó las bases sobre las que nacería la novela moderna.
Para ir finalizando, la propuesta es que lean el Quijote. Para ello busquen una buena versión completa, aunque sea larga, y con notas explicativas. Porque el motivo de que a muchos no les haya gustado la novela, es culpa de esas versiones adaptadas y reducidas por el mal gusto de algún editor, que hace que se pierda lo mejor de estos maravillosos e inmortales personajes como son “El caballero de la triste figura” (Don Quijote) y su inseparable escudero Sancho Panza.

Inés Carozza

"En un lugar de La Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme..."

“… porque ves allí, amigo Sancho Panza, donde se descubren treinta o pocos más, desaforados gigantes, con quien pienso hacer batalla y quitarles a todos las vidas…”

“¿Qué gigantes? - dijo Sancho Panza.”

“Aquellos que allí ves - respondió su amo - de los brazos largos, que los suelen tener algunos de casi dos leguas.”

“Mire vuestra merced -respondió Sancho- que aquellos que allí se parecen no son gigantes, sino molinos de viento, y lo que en ellos parecen brazos son las aspas, que, volteadas del viento, hacen andar la piedra del molino.”
Miguel de Cervantes Saavedra





VINCENT VAN GOGH



Si todas las cosas se volvieran humo

Desaparecería con ellas.
Si todas las cosas se volvieran humo
Sería cenizas con ellas,
E igual que el humo
Me elevaría al cielo
Convertida en sustancia,
Como un hilito de humo delgado
Y oscuro
Me perdería en las nubes,
Y atraparía la libertad.


Inés Carozza

lunes, 4 de mayo de 2009

Jardines de Monnet

Quién pudiera perderse en ese florido jardín, quién absorver sus perfumes, quién confundirse en el color. ¿Monnet? ¿Yo? Seguro que los dos... Cada uno en su tiempo, cada uno en lo suyo...
Uno pintando, otro admirando, ambos nos perdemos en la belleza...

domingo, 3 de mayo de 2009

EL VECINO DE ENFRENTE





Para Claudio…

Agua en Buenos Aires. Hace días que llueve y agua es todo lo que ve por la ventana. Una cortina de agua se derrumba desde el cielo y no puede ver lo que pasa enfrente. Si pudiera hacerlo vería al melancólico de su vecino, intentando tocar dos notas en su guitarra. El vecino es un joven alto y delgado, de aspecto tristón. Es músico. Sabe, porqué él se lo dijo, que adora el jazz.
Ahora la lluvia se disipa y lo ve. Pero qué hace ¿está loco? Sale al balcón en musculosa con el frió polar que está haciendo. ¿No leyó los diarios? ¿No escuchó las noticias? ¿No sabe de los casos de gripe con complicaciones que asolan la ciudad? ¿Qué piensa? Así no llega al concierto del sábado y con lo ansioso que estaba… Evidentemente no le importa nada, él se lo dijo, lo único que le importa es la música y su guitarra, por eso hace sacrificios, por eso vino a la ciudad. Vive en ese departamento con su tío, el hermano de su madre, en el que sólo ocupa un catre por todo espacio. Trabaja varias horas en la atención al cliente en una empresa de telefonía celular y el resto del tiempo lo pasa estudiando con un profesor.
Ya no llueve, ahora tiene libre de obstáculos la ventana de enfrente para mirar a su antojo. Él no sabe que ella lo espía, se moriría si él se enterara. Sólo han hablado un par de veces, una vez en la cola del colectivo y otra en la del supermercado, pero las colas habían sido lo suficientemente largas para poder enterarse de varios aspectos de su vida y aunque ella no quería admitirlo, él le gustaba. Le resultaba interesante esa actitud de despreocupación que tenía, que parecía estar más allá de todo. A estas alturas, el vecino ya había vuelto adentro y había cerrado la ventana, pero la cortina descorrida le permitía ver lo que sucedía. Hombre y guitarra eran uno solo. Por los movimientos del cuerpo, ella intuía los sonidos y le parecía que él se perdía en un mar de notas que salían del instrumento y de sus dedos por momentos veloces, en otros, apenas rozaban las cuerdas. Fue entonces cuando a pesar del frío se decidió y abrió la ventana. A esa hora y después de la lluvia la calle estaba tranquila, podría escuhar. Al principio apenas, luego como si él supiera que tenía público la melodía se hizo próxima y clara. Entonces comprendió y lo comprendió.
¿Cómo expresar en palabras todo lo que la melodía decía? ¿Los paisajes que describía en notas y arpegios? Hablaba despertando sentimientos que creía ocultos y que no querían volver a esconderse, hablaba de recuerdos y de imágenes… Era casi imposible. El lenguaje no alcanzaba para transmitir lo que sentía su alma. El placer de lo bello, la confusión y la emoción que guarda una persona en su ser. Eso sentía y eso veía reproducido en la ventana de enfrente.
Cómo podía alguien hablar en melodías. Hablar del amor, del dolor,… de la vida, sin palabras. Él lo estaba haciendo y ella le estaba agradecida. Tenía ganas de cruzar la calle, tocar el timbre y decírselo, pero no se atrevía. Buscaría otra oportunidad, quizás el sábado compraría una entrada para el concierto, quizás lo esperaría a la salida, le echaría la culpa a la música y porqué no a la lluvia, pero lo cierto era que se había enamorado y ella tendría que usar palabras para decirlo.

Inés C. Carozza

VAN GOGH

Café Arles

sábado, 2 de mayo de 2009

Jardines de Claude Monet


Ramas que lloran,
flores que flotan,
ojos que miran,
alma que huye...
 
Monet, gracias por regalarnos tu inmortalidad.
 
Inés carozza
 

Pintores




Monet la ve pasear,
Monet la espía,
Monet la pinta,
Monet la inmortaliza,
se inmortaliza...

Inés Carozza

viernes, 1 de mayo de 2009

DÍA DE GLORIA

Para Carlos…, para su niñez.

Esa noche no pudo dormir, su cabeza era una cancha de fútbol. Las jugadas se sucedían en su mente una y otra, las estrategias, los pases, los posibles aciertos… Es que había campeonato en el Schettino, su colegio y Alaya, el maestro de sexto dirigía, organizaba y seleccionaba a los pibes. Él estaba en la primera. Sí, porque Alaya no se venía con chiquitas y cuando organizaba lo hacía a lo grande, así que había primera, reserva, tercera, todo a imagen y semejanza del fútbol profesional.
Por eso, esa noche no durmió, pensaba en Gentile, en su estructura de ropero enorme que llenaba el arco…, entonces ¿cómo meterle un gol? La preocupación le quitaba el sueño, lo hacía revolverse entre las sábanas y se devanaba los sesos ¿cómo iba a entrar la pelota con semejante grandulón?
Pero todo pasa y pasó la noche. Esa mañana mientras caminaba para la escuela los nervios lo consumían y es que de pronto otro obstáculo se interponía entre él y el arco. Sólo lo notó cuando preparaba el bolso con la ropa del equipo. Algo que en sus devaneos nocturnos no había tenido en cuenta y era la falta de botines. Todos tenían botines y él jugaba en zapatillas, unas Pampero de lona que le quitaban potencia al tiro, que lo hacían parecer un jugador de cuarta que pateaba sin fuerza, como acariciando la pelota en vez de enfrentarla con bronca.
Alaya además de dirigir oficiaba de árbitro, sonó el silbato y comenzó el encuentro. Los rivales se movían en el campo con la destreza de profesionales, ellos en cambio en el primer tiempo no se ponían de acuerdo, se perdían en persecuciones absurdas del balón, algunos se querían lucir y hacían jueguitos inútiles dejando que los otros dominaran en el medio campo. El partido se jugaba en una sola parte de la cancha y García que no tenía el tamaño de Gentile hacía lo que podía en el arco. Él se movía en la defensa, se la pasaba a Aguirre, había que evitar que llegaran los tantos del adversario. Así entre jugadas frustradas, insultos de la hinchada y manotazos, terminó ese tramo del partido. No habían jugado bien pero todavía estaban cero a cero.
En el entretiempo, fueron al baño, tomaron agua y se reunieron en el silencio del aula vacía. Fue cuando una película con los acontecimientos de los últimos días pasó ante sus ojos. Alaya lo había llamado para decirle que estaba en la primera, que a Zucconi lo habían tenido que operar de urgencia de apendicitis y que el partido ahora dependía de él, de su actuación. Alaya le había depositado su confianza y no podía defraudarlo, le había dado la oportunidad de demostrar que él estaba para más, aunque muchas veces su timidez le causara malas pasadas.
Ese fue su día de gloria. Salió a la cancha con una fuerza inusitada, esa que se siente cuando uno se juega la vida por algo que se ansía mucho. Cuando terminó, los pibes vivaban de alegría, estaban felices y él era un héroe, el autor de los tres goles que los habían convertido en ganadores del campeonato. Cada uno de los tantos había hecho temblar el arco, el primero pegó en el poste y cuando entró Gentile quedó anonadado. El segundo fue gracias a un pase de Rollano en el área chica, él recibió la pelota, la paró, dudó y cuando se dio cuenta no lo podía creer. El gol gracias a un remate cruzado y a media altura hizo rugir de rabia a la hinchada rival. Antes del tercero, tocaba el cielo y cuando Cruz se la pasó a Pintos, él ya sabía que era suya. Gentile estaba aturdido, desconcertado, toda su enormidad no había podido parar ese bombazo, pateado al ángulo con la furia del que se sabe vencedor.
Cuando dejaron la cancha y se internaron en los baños para refrescarse, se sacó las “Pampero” de lona y las besó, tenía los pies hinchados y doloridos, se escapaban de las zapatillas pero no le importaba, sólo tenía fuerzas para escuchar el galope de su corazón, que veloz y feliz volaba en el arco de su pecho.

Inés C. Carozza